domingo, 22 de marzo de 2015

Soledad

Eran las 2:30 de la mañana y me sentía fatal, cansada, con sueño, irritada y con ganas de descansar.

Todo comenzó una noche fría, nublada, solitaria y lluviosa, lo único que quería era sentirme acogedora en mi casa, sin que nadie me molestara, cuando de pronto noto que me encuentro en un estado depresivo muy intenso, me sentía molesta, sin ganas de vivir, sólo quería trasladarme a un lugar en el qué pudiera desahogarme.

Únicamente se trataba de un asunto entre ella y yo, sin ella no era posible poderme trasladar a dicho lugar, solas, ella y yo, en una habitación, fría, con un clima de invierno lluvioso que hasta flojera da salir de casa. Una película, era exactamente lo que necesitaba, ver películas de tensión donde puedo salirme de mi desagradable realidad.

Comencé a buscar entre las películas de mi padre y descubrí una película que jamás había visto en mi vida, aunque suene absurdo, era sobre la pérdida de una chica en el espacio exterior, por lo mismo decidí leer la reseña, ver el tráiler por internet y me llamó aún más la atención, así que sin pensarlo un segundo más, decidí verla. 

Coloqué el disco en el DVD y la comencé a ver, me di cuenta de que tenía muchas dudas, ¿Cómo es que la tecnología está tan avanzada como para viajar al universo? ¿Qué sería de mí si me perdiera en el espacio?

Mi papá me había contado que los cohetes espaciales eran en donde los astronautas viajaban al espacio, y sus trajes especiales, eran creados por la tecnología, que va de la mano con la ingeniería industrial.

Estaba comenzando la parte más tensa de la película, cuando se fue luz, era una noche oscura, silenciosa, solitaria y me encontraba asustada, estaba tan obscuro que cuando menos me di cuenta, vi un puntito de luz resplandeciente, decidí seguirla, ya que no sabía si está muerta o viva, la luz me iluminó, para ver dónde estaba, mire a mí alrededor y vi puntos blancos, amarillos, !inclusive azules!, me pellizqué el brazo para ver si no estaba soñado y no, esto si estaba sucediendo. Asustada, sin saber de nadie, sin poder ver bien, sí, no me lo imagine, estoy en el espacio.

¿Cómo llegué aquí?
¿Qué sucede?

Me encontraba confundida, pero decidí aventurarme y aprovechar la oportunidad de poder explorar el universo a gran profundidad. Ver los planetas, galaxias, estrellas, en fin, muchísimas cosas que ni sabía como eran, me animaron a ver cosas que nadie había visto, el universo es tan amplio que descubrir cosas nuevas me costaría una eternidad.

Floté por el universo durante mucho tiempo, sin el traje espacial que usan los astronautas para no morir aquí arriba, ¿aquí arriba?, no sabía si estaba arriba, abajo, a los lados, estaba aún más confundida, ni siquiera sabía cuántos días habían pasado desde que me fui de casa. Una confusión más ¿por qué si no porto ese traje especial no me he muerto?, eso me asusto aún más y estaba segura de no estaba soñando, esto era real.

El espacio es más frío que el invierno cuando estoy en medio de la nada sin que los planetas y el sol estén a la vista, tenía la urgencia de acercarme al sol lo suficiente para calentarme un poco, mi piel estaba azul, temblaba de frío y de miedo al pensar en no regresar a casa.

Sigo perdida sin ver ni una estrella, en la oscuridad, fría, y solitaria, desesperada por regresar a casa, ya no aguantaba ni un solo minuto dentro de este espantoso lugar.
Seguía flotando, vi un puntito muy lejos de mí, lo perseguí, me tarde mucho tiempo y se fue haciendo cada vez más grande, hasta que logre ver que era.

Era la tierra, comencé a llorar de alegría, y la gravedad se llevaba mis lágrimas formando burbujitas, inmediatamente me dirigí hacía ella, pero la gravedad no me dejaba seguir adelante. Observe a mí alrededor para ver si había algo que me ayudara a entrar a la tierra, pero no encontré nada y la desesperación por llegar a la tierra aumentaba cada vez más.

Cerré mis ojos deseando con todas mis fuerzas regresar a casa, al abrirlos la oscuridad había regresado, entre en pánico, mi respiración era nula y mi corazón latía muy rápido. Me dije a mí misma, aquí termina todo, son mis últimos segundos de vida, sabía que ya no había nada que hacer, sin embargo intentarlo una vez más es lo que me quedaba.

De nuevo cerré mis ojos, los abrí y lo primero que vi a mi mamá y a mi papá muy preocupados, vi que estaba en un hospital, con la aguja del suero clavada en brazo, estaba aún más confundida, no supe lo que pasó, no recordaba nada.

Les pregunte a mis papás si sabían que me había pasado. Llorando me contaron lo que sucedió.

Cuando llegaron a casa la tele de mi habitación estaba desconectada, me encontráron tirada en el piso con los ojos completamente en negro, no respiraba y mi corazón no latía, pensaron que estaba muerta, pero me llevaron al hospital con la esperanza de que siguiera viva. Llevaba 5 días sin responder, pensaron que había caído en estado de coma.

Después de contarme lo que ellos habían visto, les conté lo que vi durante esos días, se impactaron de saber que no había pasado mucho durante el tiempo que no estuve.
Un día después me dieron de alta en el hospital y muy feliz regresé a casa. Los días seguían lluviosos, nublados y fríos, pero eso no me importaba solo quería que todo regresara a la normalidad.

Durante el camino a casa, mis padres me dijeron que lo que había pasado, no era un sueño. Lo supe desde el principio, no estaba soñando, de verdad pasó. Ellos me dijeron que lo que había vivido era un viaje astral. ¿Viaje astral?, ¿Qué es eso?

Mi madre me dijo que un viaje astral es el desprendimiento del espíritu del cuerpo y que con eso podía viajar a donde yo quisiera, pero en otra dimensión, creí que era la única vez que me había pasado, pero no fue así, era la segunda vez, ya que mi madre me acababa de confesar que cuando era pequeña, me había pasado lo mismo, pero no me lo habían dicho por miedo a que les contará a mis compañeros y que me vieran anormal, únicamente querían que mi vida fuera normal.

Llegué a casa y de estar tantos días en el espacio tenía hambre. Mi habitación estaba más fría  de lo normal, conecté la televisión y abrí el DVD para quitar la película, cuando me di cuenta, la película había desaparecido, se me hizo raro, pero no le tomé importancia.

Me asomé a la habitación de mi hermano y él estaba viendo esa película. Preocupada grité e inmediatamente se la quité, por miedo a que le pasara lo mismo, ya que no sabía si la película fue lo que causó este viaje.


Bajé corriendo al patio, la rompí y la quemé. Me castigaron por haber roto un recuerdo tan valioso para mi padre, pero no me importó, era mejor así, no quería que les pasara lo mismo a ellos. Por suerte era la única que la había visto...

-Fernanda Martínez

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